¿Por qué perdonamos las infidelidades?

Amigas, partamos de una base de realismo. Hace años, en las épocas de las abuelas, la infidelidad también existía, solo que no nos enterábamos (o no queríamos enterarnos), y la relación seguía como si no hubiese sucedido. Hoy, como la fidelidad es un valor cuestionado, cuando nos son infieles normalmente nos damos cuenta o nos lo dicen, con lo cual, debemos hacerles frente a estas situaciones.

La experiencia con la infidelidad hoy ya no es rara, ni algo por lo que una mujer engañada deba sentirse culpable o responsable. Sin embargo, la culpa y preguntas como "¿qué hice mal?" ocupan todo el mundo de una mujer cuando se da esta situación.

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Se han violado las emociones, la confianza ha sido traicionada, y esto acarrea el sentimiento de haber sido engañada y estafada.

Sin embargo, los hombres no hacen trampas por razones vinculadas con las mujeres únicamente, sino por motivaciones personales. La infidelidad es una opción personal, y los hombres (convengamos en que también las mujeres) suelen ser muy conscientes de los riesgos y consecuencias que trae. La decisión de engañar a la pareja deriva exclusivamente de los deseos del hombre y sus prioridades.

Según John Defoe, periodista estrella especializado en estos temas e investigador, hay algunas razones fundamentales por las que una mujer suele perdonar los engaños de su pareja: por amor, por consideraciones financieras, por conveniencia, por falta de voluntad para renunciar a un cierto modo de vida, por las dificultades para probar la infidelidad, por los hijos, por miedo al cambio, por su baja autoestima, por la creencia de que una persona que engaña cambiará, por la creencia de que la terapia ayudará a la pareja, por miedo de estar sola, por razones religiosas, por el deseo de mantener la familia intacta, porque alberga la esperanza de que no vuelva a ocurrir.

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Personalmente, no sería tan tajante; hay de infidelidades a infidelidades. Una cosa es un momento de debilidad de tu hombre y otra muy distinta si, por ejemplo, descubres que ha venido manteniendo una relación en paralelo durante un tiempo.

Yo he perdonado engaños, lo admito, porque han sido situaciones en las que he considerado que el amor no estaba en juego, solo el sexo. Lo que no perdonaría nunca son las traiciones amorosas: si mi pareja se enamora de otra mujer no hay nada que pueda hacer para salvar la relación.

Pero esa soy yo, porque irse o quedarse también es una decisión personal. ¿Tú qué crees?

En Twitter @aleherren

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