¿Idiotas emocionales o… indigestadas de Bridget Jones?

Acabo de ver de nuevo, con mi hija, la película "El diario de Bridget Jones", diez años después de haberla visto por primera vez.

Para aquellas que no lo sepan -creo que a esta altura eso es imposible- esta peli británica es del año 2001, está basada en la novela de mismo nombre escrita por Helen Fielding, dirigida por Sharon Maguire y protagonizada por Renée Zellweger, Hugh Grant y Colin First.

Cuenta la historia de Bridget, una mujer de 32 años que vive sola en Londres y está llena de complejos: unos kilitos de más y una vida sin parejas estables.

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Ella trabaja en una editorial en la que tiene como jefe a Daniel Cleaver (Hugh Grant), el típico soberbio, mentiroso y guapísimo, ante el que las mujeres caen rendidas. Por el otro lado aparece Mark Darcy, abogado, divorciado y viejo amigo de la familia de Bridget. Para resumirlo: ella se ve enredada en una juego entre Cleaver y Darcy, el mentiroso "ganador" y el tipo serio y estable.

Hugh Grant; Renee Zellweger; Colin Firth/ Foto: Getty Images
Hugh Grant; Renee Zellweger; Colin Firth/ Foto: Getty Images

La verdad es que esta vez la película, una inocente comedia romántica con grandes actaciones, me hizo pensar: ¿Somos, las mujeres, estructuralmente idiotas emocionales? ¿Por qué siempre caemos seducidas por esas personalidades masculinas como la de Daniel Cleaver, medio psicopatón, a sabiendas de que terminaremos sufriendo como en una tragedia griega? ¿Hasta qué punto este tipo de películas nos afianzan la idiotez femenina? Porque en la película, encima, termina teniendo éxito.

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No caben dudas de que el 100 por ciento de las mujeres responde al arquetipo de Bridget, cada una en un porcentaje diferente, pero estructuralmente iguales. Porque de otro modo. si no fuera por el alto grado de identificación que nos produce el personaje, la peli no se hubiese convertido en semejante exito de taquilla.

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Todas buscamos el "hombre perfecto", el que nos haga reír, el que nos sorprenda a cada rato, el que tenga un poquito de "locura divertida", y que al mismo tiempo nos proteja, nos dé segurida, nos sea fiel, nos ame para toda la vida. O sea, una combinación perfecta entre Daniel Cleaver y Mark Darcy, algo que no existe.

No tengo respuestas, solo preguntas. Sí tengo la sensación de que la impronta cultural tiene algo que ver en todo esto: películas, novelas, valores familiares...

Les dejo la inquietud.

En Twitter @aleherren