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Breve historia del sostén

Hace unos días atrás, la Universidad de Innsbruck (Austria) anunció que sus arqueólogos encontraron cuatro sostenes medievales de lino en un castillo austríaco. La noticia rezaba que los especialistas en moda dijeron que el descubrimiento es sorprendente porque hasta ahora esa prenda era considerada de poco más de 100 años de existencia, cuando las mujeres abandonaron el corsé.

Color vibrante, aros, y copa reforzada  - Thinkstockphotos
Color vibrante, aros, y copa reforzada - Thinkstockphotos

Sin embargo, las mujeres siempre hemos usado algo para resaltar u ocultar el busto… Quizás la consideración de los 100 años de vida del sostén se deba a que el primer sujetador fue inventado y patentado por Mary Phelps Jacob en 1913, en la ciudad de Nueva York.
Según cuentan las historias, Mary acababa de comprarse un vestido de cocktail para lucir en una fiesta, y al darse cuenta de que el corsé se le veía, con dos pañuelos de seda y una cinta inventó el rudimento del sostén moderno, de dos copas.

Pero el concepto de "cubrir" los pechos femeninos al parecer data de la antigua Roma: las mujeres romanas exaltaban y acomodaban su busto con un objeto llamado "strophium", que vendría a ser el abuelo del sujetador, y que era una especie de bufanda que se ajustaba en torno al pecho.

Para el segundo milenio antes de Cristo, las mujeres usaban una banda de tela llamada "apodesma" para el mismo fin. Y en la Francia del siglo XII llevaban el "corpiño" (vocablo que aún se usa en países de habla hispana), una suerte de corsé tremendamente rígido.
Por suerte, en Francia al menos, el torturante corsé desaparece durante la Revolución y es reemplazado por un trozo de tela o un pañuelo. Las costillas de las mujeres, agradecidas.

En el siglo XX, a partir del primer sujetador patentado por Mary Phelps Jacob, va sufriendo transformaciones varias en cada década y se convierte ya no en un accesorio meramente práctico sino en un objeto de seducción, y se da inicio así a la "lingerie", la ropa íntima femenina, con diseños que se ajustan a los mandatos de la moda.

Así que, amigas, es bueno saber que nuestros pechos siempre han sido controlados por nosotras. No me imagino, de otra forma, a las mujeres de grandes pechos de la antigüedad debiendo soportar el peso de sus mamas mientras hacían trabajos de campo, por ejemplo.

Hoy hay tanta variedad que realmente no se sabe qué elegir, si la comodidad o la practicidad. Junto a camisones y bragas, además, se han erigido en un rubro de valor superlativo en la industria textil.

Si me cuentan cuáles prefieren, lo juro, no me ofenderé.

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