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S.O.S ¡Nos casamos! ¿A quiénes invitamos?

Texto: Pilar Tapia

Recientemente en una entrevista concedida al periódico argentino Clarín, Bárbara Diez, una prestigiada event planner, miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Eventos de la República Argentina y directora para Argentina y Uruguay de la Asociación de Consultores Nupciales, hizo una declaración que me sorprendió sobremanera. Ante la pregunta ¿Qué factor asegura el éxito en una boda? La reconocida organizadora de nupcias respondió: “A quienes invitas”.

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El éxito de ese gran día también depende de tus invitados, decide bien / Foto: Thinkstock
El éxito de ese gran día también depende de tus invitados, decide bien / Foto: Thinkstock

Antes de leer este reportaje, en mi mente circulaban posibles teorías sobre aspectos que contribuyen a hacer una boda perfecta: pensaba en la comida, infaltable ¡cuántos más manjares, mejor! Se me ocurrió también la música, pues a los latinos nos gusta movernos al ritmo de pegadizas melodías. Y hasta creí que podía ser la locación: la playa nunca falla, es un escenario cálido y romántico, o una boda al aire libre. Sin embargo, debo confesar, que jamás pensé en adjudicar todo el éxito a los invitados.

La especialista continuó su declaración al medio mencionado: Después de tantos años, llegué a la conclusión de que puede estar todo perfecto, pero si el invitado no es afecto, no sirve. Si éste vibra con el cariño, entonces no hay que cargar la fiesta con gente porque sí. El que asiste debido a que quiere a la pareja, es el que baila a pesar de la lluvia y el que se va a quedar hasta que se vayan los novios de la fiesta”.

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Realmente quedé sorprendida ante su declaración y realicé un recuento mental de todas las bodas a las que tuve el placer de asistir y ¿saben qué? Descubrí que lo que Bárbara Diez reveló tiene mucho sentido: las bodas las hacen los invitados. Aquellas que más disfruté fueron en las que la gente no paró de bailar y de gozar. ¿Las menos placenteras? Cuando se notaba que habían muchos asistentes “de compromiso”, aquellos que no eran del círculo íntimo de la pareja.

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Hace unos días conversaba con Vanina, una amiga que está pronta a dar el sí junto a su novio Federico. Ella me contó su teoría acerca de los invitados y me pareció fenomenal: “Con Fede tenemos la teoría de 1 año: solo invitaremos a quienes vimos de un año hasta la fecha de la boda”. Y me pareció coherente. ¿Para qué añadir personas de más?

Además, ¿a quién no le ha pasado de ocupar el desprestigiado e incómodo lugar de invitado de compromiso o ajeno a la pareja? A mí me ha sucedido, y les confieso, no es para nada agradable. Para empezar, necesitas aprenderte el nombre de los padres de ambos novios y ubicar sus rostros para no pecar de maleducada y si te los cruzas en el tocador o en la pista de baile, ¡poder saludarlos y felicitarlos!

También, debes elaborar una frase introductoria corta y simple para presentarte con el novio o la novia que no te conoce: “Hola Pedrito, felicitaciones, soy Pilar compañera de Pilates de Pamela”. Nunca falla. Incluso, en muchas bodas suelen mostrar videos emotivos de la pareja: cuando eran niños, sus mejores viajes juntos, retratos familiares, entre otras cosas, y mientras todos derraman lágrimas y necesitan toneladas de pañuelos desechables para evitar que se les corra el maquillaje, yo he permanecido impoluta y fría, pues casi no conocía a la pareja de tórtolos enamorados.

Niños, ¿sí o no?

Vamos a ser sinceras, los niños de tus amigas, tus sobrinos y ahijados son hermosos, pero ¿vale la pena invitarlos a una boda, sobre todo si es de noche? Muchas parejas prefieren no tener invitados pequeños, porque abultan el presupuesto y no disfrutan el agasajo ni tampoco permiten que sus padres lo hagan. Otras, y esto me parece una gran idea, invitan chiquillos y contratan a una niñera para que se haga cargo de los infantes toda la noche. Incluso, leí en un reportaje reciente, también en el periódico argentino Clarín, al ícono del diseño y las ambientaciones, Preston Bailey. En el mismo, el especialista reveló que la última moda en las bodas de Nueva York, es dedicar un sector especial a los pequeños, con sus mesas decoradas ¡y hasta una torta de bodas exclusiva para ellos!

Los que más quieres

Por último, en el filme “Meet the Fockers”, el personaje que interpreta Robert De Niro, como padre de la novia, recibe a Ben Stiller diciéndole que ya era parte de “el círculo de confianza” de la familia. Este concepto me parece muy interesante y apropiado para aplicar a la hora de escoger a quién invitar a tu boda. Evalúa si las personas son parte del círculo íntimo de la pareja. Si sientes que no, es hora de descartarlos. Después de todo, una boda tiene que ver con sellar un pacto de unión y confianza, por lo tanto quienes invites deberían compartir esos mismos sentimientos para con ustedes ¿no crees?

Fuente consultada: Diario Clarín (clarin.com)

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