Para blanquear los dientes, ¿orina?


Imagínate que corre el siglo II a. de C. Eres un celtíbero que vive en Numancia –en aquellas tierras conquistadas por los romanos en la península ibérica–. Te despiertas por la mañana, te estiras y vas a cepillarte los dientes con una ramita de puntas hechas cerdas y un poco de… ¡orina!, sí, el secreto de tu blanca sonrisa y el de todos tus vecinos. Quizá a muchos les resulte repugnante; sin embargo, esta práctica podría no ser tan descabellada, de hecho, en épocas donde la higiene dental no era prioridad para muchos, las “perlas blancas” de estos pueblos eran la envidia de los romanos, como quedó asentado en la poesía escrita entonces.

[Galería: Mostrar tus dientes puede salvarte la vida]

Este líquido dorado llegó a ser muy apreciado y es que resulta que el efecto blanqueador de la orina es real y se sustenta en el amoniaco —una sustancia que, de hecho, se usa en la mayoría de las pastas dentales— y que en las proporciones en las que se encuentra en la orina, es inocua.

Y, ¿quién no quiere una sonrisa resplandeciente? Según la American Academy of Cosmetic Dentistry, el blanqueo dental es el tratamiento cosmético más solicitado actualmente. De hecho, los estadounidenses gastan al año, en promedio, mil 400 millones de dólares en productos blanqueadores para conseguir la clásica sonrisa de Hollywood.

Entonces, ¿por qué alguien preferiría usar un poco de orina en vez de recurrir solamente a su confiable tubo de pasta dental? Los partidarios de la orinoterapia o amaroli, como  la tradición ayurvédica de la India la nombra, sostienen que la orina tiene elementos benéficos para el organismo, por lo que la boca —encías, lengua, garganta y por supuesto, los dientes— se vería favorecida.

[Galería: Tips para elegir tu cepillo dental]

Químicamente, la orina contiene un 95% de agua, 2.5% de urea (un ingrediente que se usa en la más finas cremas para la piel) y el 2.5% restante es una mezcla de hormonas, enzimas, sales y minerales. Por lo tanto, es un subproducto no tóxico de la sangre que el cuerpo no requiere en ese momento y que descarta.

[Relacionado: La punta del taladro se fue por su garganta]

Un dato interesante es que la orina tiene también células madre, de hecho, en 2013, un equipo de investigadores en China tomaron algunas de estas células y las hicieron crecer en ratones como tejido óseo que puede reemplazar los dientes dañados, según un artículo que publicó la revista Cell Regeneration Journal. Quienes hacen uso de este recurso para lograr su sonrisa de ensueño colocan un poco de orina en el cepillo dental y prosiguen de manera a cepillarse de manera usual.
¿Qué te parece? ¿Te atreverías a probar este radical método?

_

Juan José Aguilar es cirujano dentista por la Universidad de Guadalajara, México, y especialista en odontología estética y restauradora. Cédula: 5711438.