Las sonrisas negras del Japón antiguo

Tiras blanqueadoras, pastas dentales con micropartículas, tratamientos profesionales con peróxido, enjuagues bucales, gomas de mascar… y la lista continúa; la mayoría de los productos dentales tienen como uno de los objetivos principales lograr una blanquísima sonrisa.

Y es que nadie cuestiona en nuestros días, que unos dientes que casi brillen de blanco son atributo muy deseable, sin embargo, te sorprenderá saber que todo lo opuesto, es decir tener una negra dentadura era símbolo de belleza y alcurnia para las mujeres en Japón desde el siglo VIII y hasta bien entrado el siglo XIX.

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Ohaguro es el término que se le daba a la práctica de teñir los dientes de negro y era exclusiva, inicialmente, en la época Nara (del año 710 al 784), para hombres y mujeres de familias de abolengo y era exclusiva de la nobleza; es en el período Edo o de los Shogunes (del año 1603 al 1868), que esta tradición se asocia al matrimonio y la madurez femenina, y entonces las mujeres casadas, si querían ser bien vistas, debían llevar su dentadura negra; en ese tiempo se les consideraba adultas las niñas desde los 8-10 años y era común que se les comprometiera y se les casara a esa edad.

Y si tener los dientes blancos requiere esfuerzo, tenerlos negros requería aún más, pues para lograr esa pigmentación poco natural era necesario usar una mezcla llamada kanemizu (かねみず) que se conseguía al disolver limadura de hierro en vinagre o sake, a esta combinación se le agregaban polvo de fuentes vegetales con taninos, como un tipo de nuez asiática llamada gallnut o té.

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La dentadura debía teñirse con mucha frecuencia, incluso diariamente,  ya que entre más negros y brillantes lucieran los dientes, más admirada era la sonrisa y más poder se le atribuía a su propietario. Y aunque unos dientes negros no tienen una apariencia saludable, se sabe que este revestimiento servía para prevenir las caries y otras enfermedades bucales.

La técnica del Ohaguro es citada en el libro "Cuento de Genji", una novela clásica japonesa escrita a principios del siglo XI, Murasaki Shikibu, su autora, una dama de la realeza japonesa la menciona varias veces como uno de los métodos de belleza cotidiano.

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¿Y por qué no seguimos viendo sonrisas negras en Japón? La “nueva” moda de los dientes blancos, quizá se debió a que en 1870, durante el período Meiji (del año 1868 a 1912), la emperatriz consorte apareció por primera vez en público luciendo una dentadura blanca, lo que inició así, el desuso de la tradición del Ohaguro; posteriormente el gobierno prohibió su práctica, convirtiéndose paulatinamente en algo obsoleto.
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Juan José Aguilar es cirujano dentista por la Universidad de Guadalajara, México, y especialista en odontología estética y restauradora. Cédula: 5711438.

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