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Boca eléctrica por uso de metales (electrogalvanismo)

Tu boca puede convertirse en una batería / Foto: Thinkstock
Tu boca puede convertirse en una batería / Foto: Thinkstock

En la boca tenemos todos los componentes necesarios para producir una carga eléctrica similar a la de una batería y, por curioso que pueda parecer al principio, existen miles de casos documentados en los que se demuestra que esta energía puede ocasionar afecciones por todo el organismo.

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Desde hace cientos de años los odontólogos venimos experimentando con infinidad de aleaciones metálicas para encontrar la más durable dentro de la boca. Por ejemplo, se ha colocado oro, plata, estaño, níquel, etcétera, en diferentes porcentajes para encontrar la mejor combinación posible.

La odontología neurofocal ha tratado de advertirnos las consecuencias de la utilización de estos metales pesados en boca, ya que se creía que interferían con los flujos naturales de energía de todo el cuerpo y la alineación de los chacras.

En la actualidad, es posible medir y explicar científicamente los fenómenos electroquímicos que suceden cuando colocamos un metal o somos portadores de piercing o joyería en los labios o lengua.

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La boca humana tiene ciertos factores para producir energía, que incluso se parecen a los de una batería de auto:

  • Electrolitos. El pH de la saliva tiene todos las características necesarias para conducir una corriente eléctrica.

  • Electrodos. Son los polos positivo y negativo de las baterías fabricados de aleaciones diferentes de metal para producir una corriente eléctrica. Estos pueden ser los empastes dentales hechos de metal, como las amalgamas.

  • Envase. La cavidad bucal sirve como caja para encerrar estos componentes y formar una batería.

La verdad de los besos eléctricos / Foto: Thinkstock
La verdad de los besos eléctricos / Foto: Thinkstock

Los científicos han hecho lecturas de corriente eléctrica dentro de boca y han encontrado una cantidad importante de energía que oscila entre los 200 a 600 milivoltios y algunos miliamperes necesarios para estimular el sistema nervioso.

Debemos recordar que nuestro cuerpo contiene un 80% de agua y que funciona a base de impulsos eléctricos a través de las neuronas.

Las cargas eléctricas producidas en la boca pueden alterar o estimular áreas específicas de nuestro cuerpo por excitación descontrolada ininterrumpida, a lo que llamamos “campo interferente”, que puede producir: alergias, neuralgias, distrofias, entre otros cientos de patologías que se descubren a diario.

Otro de los fenómenos del electrogalvanismo es la corrosión electroquímica: cuando dos metales diferentes se someten a una carga eléctrica dentro de un electrolito se logra una hidrólisis del agua (separación del hidrógeno y oxígeno), lo que produce una alteración del pH de la saliva y también una degradación de los metales que terminan disolviéndose para mezclarse y diseminarse por todo el organismo; así aparecen enfermedades.

El piercing es también un metal que contribuye a la generación de cargas eléctricas y degradación de los metales. Se dice que su uso logra una ligera adicción ocasionada por el cosquilleo de la corriente eléctrica a través de la lengua, igual que si se pegara una batería en la lengua.

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Es importante saber que a mayor cantidad y variedad de metales, mayor será el voltaje producido y la degradación de los metales.

Existen miles de casos clínicos documentados de pacientes que han podido mejorar su estado de salud con el simple hecho de retirar sus amalgamas.

La magia es ciencia que aún no hemos podemos explicar.

Visita a tu odontólogo.

Foto: Thinkstock
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Juan José Aguilar es cirujano dentista por la Universidad de Guadalajara, México, y especialista en odontología estética y restauradora. Cédula: 5711438.