Deja de pedir perdón por ser bonita

Todo complemento, suplemento, delineador, desmaquillante, peine, pinza, joya, colorete, zapato, blusa, pijama e incluso la ropa deportiva se vende acompañada del ideal de que te hará más bonita, bella y agradable a la vista, incluso si es para sudar como nunca antes tras correr los primeros 30 metros de tu primer entrenamiento.

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Te gusta sentirte guapa, gustarte frente al espejo, y ahí estás arreglándote cuando entra al baño la "it girl" de la oficina, y hasta te apresuras como para dejarle todo el espejo a ella, como disculpándote por pretender que tu reflejo podría ser competencia para ella…

Todo va bien, hasta que abres una revista de moda junto con tus amigas, y mientras pasan las páginas de moda se topan con una modelo que, ¡se parece a ti! Tu amiga lo nota, y lo comenta en voz alta, tú, lo reconoces pero inmediatamente respondes algo como "Sí, pero ella es más _____ (insertar el adjetivo más adecuado: alta, flaca, rubia, morena…)" y pasa la página como si nada hubiese ocurrido.

Te encuentras con un "viejo" amigo, que tras ponerse al día lanza una frase, quizá similar a "Siempre me acuerdo de ti tan optimista, feliz, sonriente, guapa…" y tú, inmediatamente excusas el piropo con algo parecido a "Es que hace mucho que no nos veíamos, para nada soy así…"

En una reunión cualquiera, con cualquier persona, en un momento dado te lanzan un piropo amabley sincero (uno de esos que en verdad, en verdad, te sonrojan por el buen gusto), y lo único que haces es responderlo con otro - muy forzado- hacia la persona que comenzó. ¡Como si se tratase de ver quién logra el mejor piropo, o destacar la cualidad más extraña del otro... "Me gusta tu pelo / Pues a mi me gusta tu cinturón / Tienes ojos bonitos / Me gustan los botones de tu camisa / Te ves muy guapa / La manecilla de la hora de tu reloj me gusta..."

Cualquier parecido con tu realidad, no es mera coincidencia, bien dicen que no hay peor juez para uno que uno mismo.

¿Qué es lo que nos pasa? A mi entender, queremos ser tan guapas, hermosas, bellas, o dignas como "fulana o mengana", y cuando alguien reconoce nuestra propia guapura, hermosura, belleza o dignidad no nos sentimos dignas de semejantes títulos y nos escudamos con un "¿Quién querría ser como yo?" Nos esmeramos frente al espejo, en el gimnasio, con la dieta, para que cuando nos lancen un piropo pensemos que sonreír y asentir es demasiado altanero y egoísta, por lo que nos disculpamos, nos excusamos, cambiamos de tema para llorar nuestra "fealdad" mientras nos desmaquillamos a solas en casa.

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Sin darnos cuenta, hemos entrado en una competencia, dentro de nuestra propia mirada, sobre quién es mejor que nosotras, y no podemos evitar compararnos y menospreciarnos… Una competencia con nosotras mismas, y de la cual te rindes sin haber comenzado. No queremos competir porque creemos que no ganaremos, pero no podemos no competir porque parece insertado en nuestro ADN.

La verdad es que sí podemos dejar de competir, dejar de compararnos y dejar de menospreciarnos. Se trata de decidirlo y practicarlo día con día. La competencia solo existe en tu cabeza; si existen otras mujeres con ánimo de competir, entonces decide si realmente vale la pena llevarte el trofeo a la "más ____" (insertar adejtivo).

Pero más que la competencia, el desengaño y el menosprecio, lo que más me impresiona es la disculpa… La disculpa por haber ocupado el mismo espejo que la "it girl", la vergüenza por realmente parecerte a la chica guapa de la revista de moda, y la excusa para evitar ahondar en una conversación donde se digan cosas buenas y agradables de nosotras.

¿Por qué nos tiene que incomodar ser bonitas? ¿Acaso tiene algo de malo con ser hermosas, guapas, inteligentes, y ser reconocidas por lo que somos como personas? ¿Por qué no somos suficientes para nosotras como para creer que lo seríamos para otras personas?

Dejemos de pedir perdón por ser bonitas, de desconfiar de quien nos respeta y admira, de avergonzarnos por ser personas que otros recuerdan y extrañan, y de excusarnos por resultar ser agradables para otras personas.

La próxima vez que alguien te diga algo bonito y agradable, da las gracias de corazón y pregúntale cómo se encuentra; la próxima vez que la "it girl" comparta el espejo contigo, sonríele, mírate a los ojos y sobre todo sonríete; la próxima vez que te comparen con una chica guapa responde algo como "¿Sí verdad? Algo hay…" y sonríe…

Practica, practica, practica, hasta que veas que el mundo sigue girando igual cuando te reconoces tal cual eres, que la gente te sigue queriendo por quererte, que tu vida sigue en pie mientras te sonríes, y hasta podrían ocurrirte cosas mejores.

@travesabarros

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