Trucos mentales para mejorar tu entrenamiento

Trucos mentales para mejorar tu entrenamiento

Así como los publicistas podrían utilizar estrategias de mensajes subliminales para seducirnos a que compremos determinado producto, nosotros también podemos sacar provecho de esas técnicas psicológicas para mejorar nuestro entrenamiento. Palabras, pensamientos e imágenes pueden convertirse en recursos fantásticos para rendir más y mejor a la hora de hacer ejercicio físico.

Aprende a motivarte para ejercitarte mejor. Foto: Thinkstock.
Aprende a motivarte para ejercitarte mejor. Foto: Thinkstock.

Apunta tus objetivos y tus logros

Cuando plasmamos las ideas en papel, suelen cobrar más fuerza, además de que es una buena forma de evaluar nuestros puntos débiles y nuestros avances. Para que tu entrenamiento sea más eficaz, una estupenda idea es llevar un diario, recomienda la Clínica Mayo.

La institución sugiere que luego de tu sesión de actividad física abras tu cuaderno y apuntes: a) fecha, b) tipo de ejercicio (correr, levantar pesas, patinar…); c) el tiempo de práctica; y d) cómo te sentiste al concluir. Llevar una crónica de tus progresos puede ser una excelente fuente de motivación, asegura la Clínica.

Motívate con palabras

“¡Vamos tigresa!”. Aunque te parezca mentira, dedicarte frases motivadoras mientras entrenas podría mejorar tu rendimiento, de acuerdo con un estudio publicado en mayo de 2014 en la revista científica Medicine & Science in Sports & Exercise. Investigadores del Reino Unido y de los Países Bajos pidieron a 24 personas que pedalearan en una bicicleta fija hasta que estuvieran exhaustas. Los resultados mostraron que aquellas que habían empleado la estrategia de la conversación interna motivadora hicieron en promedio dos minutos más de ejercicio que las demás. Y, como si fuera poco, percibieron la actividad como más llevadera.

Pero hazlo en segunda persona

El famoso “Tú puedes” funcionaría mejor que el “Yo puedo”, según un estudio publicado en junio de 2014 en la revista científica European Journal of Social Psychology. Investigadores estadounidenses convocaron a 135 voluntarios y les solicitaron que escribieran consejos para ellos mismos para ejercitarse con más frecuencia en las siguientes dos semanas. Aquellos que habían apuntado las recomendaciones utilizando el “tú” no solo tenían planeado ejercitarse más que los que usaron la primera persona, sino que exhibieron una actitud más positiva hacia el entrenamiento.

Mejor, no lo llames “ejercicio”

Y al finalizar tu rutina no solo estarías menos cansada y la disfrutarías más, sino que elegirías snacks más saludables. Parece increíble ¿no? Sin embargo, eso es lo que reveló un estudio publicado en mayo de 2014 en el Journal of Research in Marketing.

Los investigadores reclutaron a 56 mujeres para caminar durante media hora. A un grupo se le presentó la actividad como “ejercicio físico” y al otro se le dijo: “Vamos a dar un paseo”. Cuando el experimento terminó, las mujeres del grupo “recreativo” afirmaron haber disfrutado más de la caminata, y reportaron sentirse menos fatigadas. Además, lo sorprendente es que cuando luego todas las participantes fueron conducidas a un buffet, el grupo recreativo eligió alimentos menos calóricos que sus pares. 

Los investigadores sugieren que luego de hacer un esfuerzo físico tendemos a “gratificarnos” con alimentos más calóricos, en cambio si la actividad ya fue gratificante en sí misma, ese deseo podría disminuir. Así que ya cuentas con varios recursos más para mejorar tu entrenamiento. ¿Te animas a aplicarlos?