Nunca se lo digas a una soltera

 

Nunca se lo digas a una soltera / Foto: Thinkstock
Nunca se lo digas a una soltera / Foto: Thinkstock

Aunque muchas elegimos estar solitas y reneguemos de los hombres, en definitiva no podemos negar que es lindo estar enamoradas. Por eso, si eres la típica que pregunta a su amiga soltera: ‘¿Y para cuándo?’, trata de evitarle ese mal trago. En cambio, si deseas saber cómo no herir susceptibilidades, en esta nota te contamos las 10 frases que jamás debes decirle.

1. Si no te quieres a ti misma, nadie podrá quererte: luego del mal trago que pasamos frecuentemente con ‘¿Y para cuándo?’, la otra frase trending topic con la que bombardean a las solteras es ésta. Pero es una falacia absoluta. Hice terapia, muchos cursos y también he leído todos los libros de autoayuda, y conseguí quererme bastante. Sin embargo, hasta ahora no me he cruzado con el hombre de mi vida.

2. Es feo quedarse sola: ok, estamos de acuerdo. Pero para sufrir menos intentamos convencernos de que es muy bueno estar solteras. Sin embargo, esta frase lo arruina todo. ¿Quiere decir que tenemos que salir a enganchar al primero que pase por la acera? No deseamos que nos recuerden lo feo que será en la vejez estar más solas que Adán en el Día de la Madre. Además, ¿cómo pensar en un futuro si no podemos con el presente?

3. Te invito a casa, van a venir muchos hombres: entiéndalo, no estamos de oferta. Cuando nos comentan estas cosas nos hacen ver como desesperadas que sólo salen ante la posibilidad de cazar alguna presa.

4. Es que él no quería nada serio… es típico en aquellas citas a ciegas que resultan un fracaso. El príncipe comienza a despertar nuestro interés pero de repente huye cuando suenan las 12 campanadas. Para consolarnos (sé que lo hacen con la mejor de las intenciones) nuestros seres queridos nos dicen cosas como que somos para una relación formal o que ellos se lo pierden. Pero no es consuelo. ¿Acaso hablamos acerca de que queríamos algo serio? Primero necesitamos un buen encuentro cercano y luego veríamos. En esta instancia sólo deseamos que, al menos, nos tengan en cuenta para algo…

5. No debes estar preparada: es un concepto absolutamente abstracto. ¿Cómo hay que prepararse? y ¿dónde dice quién está preparado? Si hay algún manual me encantaría conseguirlo. En realidad nadie sabe si lo está hasta que se produce ese encuentro mágico.

6. ¿Has buscado por Internet?: lo peor es que sí, ya hemos probado todas las herramientas y nada. Por más que nos aseguren que Pirulita y Jaimito se conocieron a través del mundo virtual, las buenas oportunidades en nuestro caso parecen ser prácticamente imposibles. Los más atractivos jamás se contactan; pero que no quepa dudas de que aquel que vive con su madre a los 45 años será el primero en darnos un toque.

7. Eres demasiado exigente: si ser demasiado pretenciosa es aspirar a que nos traten bien, que sean caballeros, compañeros y (quizás algo) atractivos, entonces sí, tienen razón. ¿Pero quién no lo sería?

8. Cada vez las buscan más jovencitas: no sólo nos están diciendo que jamás encontraremos a nadie (a menos que nos seduzca un anciano) sino que, como si fuera poco, nos tratan de viejas.

9. Si te quedas en tu casa no vas a encontrar a nadie: lo sé por experiencia, las relaciones interesantes no se consiguen en los bares o pubs. Y no hay sensación más triste que volver –y solas – de un sitio en el que no queríamos estar. Prefiero un sábado a la noche acompañada de una buena película, una comida rica o una charla interesante con amigas. En definitiva, si tiene que ser será a la vuelta de la esquina.

10. Quédate tranquila, ya llegará tu príncipe azul: parece que tuvieran la bola de cristal. ¿Cómo lo saben? Justo en ese momento en que has bajado los brazos y te has resignado a vestir santos, viene alguien (en general tu madre) y te larga esta frase… Si están tan seguros, al menos que nos cuenten la fórmula para averiguarlo y nos haremos millonarias.

Finalmente, como termino diciéndome siempre para consolarme: ‘mejor sola que mal acompañada’. ¡Y feliz día también para aquellas que alguna vez quizá se enamoren!