Amor ¿sin barreras? Qué pasa si venimos de clases diferentes

Amor ¿sin barreras? Qué pasa si venimos de clases diferentes

Cuando se forma una pareja, en primera instancia se priorizará el afecto, el compromiso, los proyectos a corto o largo plazo, independientemente de la condición económica de cada uno. Pero con el tiempo, el hecho de que pertenezcan a distintas clases sociales, podría desestabilizar la balanza del amor.

El dinero como causa de conflicto en la pareja. Foto: Thinkstock
El dinero como causa de conflicto en la pareja. Foto: Thinkstock

El encuentro de dos que se enamoran

Cuando un hombre y una mujer se enamoran, sus cerebros se vuelven incapaces de razonar. El deseo y la necesidad del otro los llevarán a un estado de “adicción”, que les hará creer que no habrá barrera infranqueable.

Por esto, no tendrán en cuenta la condición económica de cada uno, excepto que se hayan buscado expresamente por una necesidad monetaria. Que ella o él tengan más dinero, no será tenido en cuenta… en un principio.

Contrastes económicos

En los albores de la Humanidad, el hombre aparece como proveedor de la familia y la mujer, como la responsable de engendrar y criar a los hijos. Hoy, no se considera inadecuado que un hombre, ya sea por su condición económica heredada o por un trabajo mejor remunerado, aporte más dinero al hogar. Estaría respondiendo a las reglas establecidas por la evolución.

Pero, en muchos casos, ocurre a la inversa. Y es aquí donde puede aparecer el conflicto ya que, aunque una mujer en un principio acepte que un hombre aporte menos dinero, con el tiempo esto podría jugarle una mala pasada en su mente.

La necesidad femenina

Está comprobado que las mujeres, debido a condicionamientos evolutivos, admiran más a aquellos hombres que pueden ser proveedores y protectores. Esto fue impuesto por la naturaleza, para garantizar que la mujer se ocupara de la supervivencia de los niños. Ella no podía salir a buscar el alimento; eso lo hacía él.

La convivencia entonces con un hombre que no resulta potente económicamente, podría llevar a la mujer a dejar de admirarlo y respetarlo, y a exigirle (implícita o explícitamente) que haga algo al respecto.

En otros casos, mujeres que han desarrollado al extremo su aspecto masculino, podrían no incomodarse frente a un hombre que no tiene o que genera menos dinero. Él, cuyo aspecto femenino podría estar más desarrollado, se quedaría en casa encargándose de las tareas domésticas.

En toda pareja se establecen pactos tácitos y cada uno asume un rol. Con el tiempo, esos pactos pueden sostenerse, o no. Es fundamental que, pasada esa “ceguera” del enamoramiento, ambos conversen sobre la realidad de conjugar condiciones económicas diferentes.

Podrán comprometerse a transitar este camino teniendo en cuenta que, cada tanto, necesitarán detenerse para revisar si pueden seguir sosteniendo lo que en un principio aceptaron. O quizás, con el tiempo, las diferencias se diluyan. La pareja siempre es una apuesta, sin garantía de resultados.

Elisa Botti es licenciada en medicinas naturales y naturopatía, coach psicobiológica, miembro profesional de ASIMEPA (Asociación Internacional de Medicinas y Psicologías Alternativas), especialista en técnicas psicocorporales, miembro del cuerpo docente de la Asociación Argentina de Medicina Psicobiológica, y autora del libro “Concebidas sin pecado”.