Tengo un hijo con problemas de conducta

Por: Silvia Renata Figiacone

Con frecuencia se recibe en la consulta a padres que acuden preocupados por el comportamiento de su hijo en el entorno de la escuela y por la presencia de conductas desafiantes en casa.

Mi hijo tiene problemas de conducta - Thinkstockphoto
Mi hijo tiene problemas de conducta - Thinkstockphoto

El reporte de mala conducta en la escuela generalmente suele preocupar y angustiar a los padres porque generalmente se acompaña de menor inserción en el grupo de pares, menor apego a figuras de autoridad como docentes y directivos y menor respuesta a actividades académicas. Ello facilita que la comunicación de la escuela incluya comentarios acerca de posibles dificultades académicas en el futuro junto con la observación del impacto que podría tener en el entorno académico y social el sostenimiento de la mala conducta.

¿Qué hacer cuando la escuela reporta este tipo de problemáticas?

En general, la escuela comentará que los chicos presentan una serie de comportamientos característicos entre los que se pueden mencionar:

- Falta de apego a las actividades académicas y tareas propuestas

- Menor respuesta a figuras de autoridad, conductas desafiantes y menor respeto por las normas de convivencia trabajadas en la institución

- Poco respeto por los deseos de los pares y comportamiento hostil en relación a ellos con conductas que varían de acuerdo a la edad y pueden expresarse como mordidas, empujones y golpes

- Tendencia a la irritabilidad cuando se contradicen sus deseos y baja tolerancia a la frustración

- Poco respeto por pertenencias y opiniones ajenas

Por otro lado, se ha descripto reiteradamente que los problemas de conducta ocurren en hijos de padres permisivos o autoritarios y son poco frecuentes en padres que tienen un estilo de crianza llamado democrático. El estilo parental es una de las causas del desorden de conducta en los chicos-

Frente a este reporte (que por lo general comienza con algunas notificaciones aisladas que se van incrementando a lo largo del tiempo y culminan en reuniones con docentes y directivos) los padres suelen mostrarse abrumados, preocupados, angustiados y confundidos.

La pregunta que espontáneamente surge en mente de los padres suele ser ¿Por qué? y la tendencia natural es volver a casa, esperar al hijo que se comporta de esa manera y ponerlo en penitencia.

Por lo general a ello siguen otros comentarios de la escuela y nuevas reuniones que pueden derivar en que el colegio considere necesario recomendar la participación de un profesional.

Ese suele ser el momento de tomar decisiones claves. A quien acudir, qué tipo de tratamiento es necesario, a quién debe estar dirigido dicho tratamiento, etc.

Aquí algunos consejos para tomar dichas decisiones:

- Los problemas de conducta durante la etapa escolar son, generalmente, producto de pautas parentales disfuncionales que facilitan el desarrollo de un patrón de comportamiento desafiante y con poco apego a las normas y derechos de los demás

  • Los tratamientos que no atienden a la funcionalidad de la pauta parental y no incluyen estrategias de orientación a padres rara vez funcionan

  • Programas destinados a modificación de la conducta disruptiva son indispensables y muchas veces pueden implementarse a través de la pauta parental

  • La psicoeducación a los padres y la reorientación del vínculo que sostienen con sus hijos es fundamental para orientarse hacia el éxito

- Cuando los programas de intervención con padres no se aplican adecuadamente o los padres no logran consistencia con la aplicación de estrategias adecuadas los resultados distan de ser positivos

  • En general el apoyo y la orientación a padres requiere por parte del profesional contención y acompañamiento

  • Es importante que los padres reciban material de psicoeducación o sean psicoeducados en consulta acerca de las dificultades de los chicos

  • La adherencia al tratamiento y las estrategias que ofrece el profesional es vital para que el comportamiento de los chicos cambie

  • Si los padres no logran desarrollar capacidad de control y tomar el toro por las astas, el tratamiento no logrará éxito y para ello necesitan comunicación y contención profesional

- ¿debe el chico acudir a tratamiento? Por lo general cuanto más pequeño es menos necesita tratamiento individual y más necesario el abordaje a través de los padres y la pauta parental. En chicos que cursan nivel inicial, lo más recomendado es la orientación a padres sistematizada (vale aclarar que existen programas protocolizados y probados como eficaces en prestigiosas universidades del mundo) con el objetivo de modificar la pauta parental

- ¿cómo elijo al profesional? Suele ser clave considerar que no todos los profesionales del ámbito de la salud mental están formados y capacitados para orientar a padres de manera efectiva, que la conceptualización que el profesional tenga de los problemas de conducta (y sus causas) impactará directamente sobre la posibilidad de conseguir resultados y que si no se aborda directa y explícitamente el motivo que llevó a la consulta no habrá mejoría posible

- ¿qué indicadores sugieren que el profesional a quien consulté podrá realmente ayudarme?

  • Se preocupa por el motivo de consulta y no da una explicación alternativa sin otorgarle real importancia a la conducta disruptiva (cuando el profesional opta por interpretar el significado del problema de conducta las chances de mejorar el comportamiento disminuyen)

  • Otorga psicoeducación acerca de problemas de conducta, pauta parental y estrategias universales de abordaje

  • Empatiza con los padres y muestra genuina preocupación por lo que les pasa

  • Otorga estrategias concretas (sistema de recompensa, refuerzo positivo, tiempo especial, time out) que fueron desarrolladas a partir de años de investigación por prestigiosos profesionales

Cuando un chico tiene problemas de conducta su entorno tiene dificultades para orientar y modelar el comportamiento funcional. Si no se trabaja con el entorno los problemas de conducta tenderán a aumentar y el pronóstico de inserción social y académica de ese chico será menos promisorio.

Elegir un profesional es una gran responsabilidad. Atender una familia con un hijo con problemas de conducta es una responsabilidad aún mayor. Padres y profesionales necesitan trabajar en equipo y alejarse de profesionales que no otorgan estrategias puntuales para problemas puntuales es tal vez una sabia decisión.

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