Padres separados, y el cumpleaños de nuestro hijo

El cumpleaños de un hijo suele movilizar tanto a los padres como al protagonista del evento.

Es un día que en principio se espera que el pequeño pueda disfrutar de la compañía de su familia, de sus amigos y se sienta feliz por ello.

Pero esta situación a veces se dificulta frente a la separación de la pareja de padres. Algún resentimiento de por medio, normas que cuesta ponerse de acuerdo, incumplimiento de responsabilidades, celos, entre otras emociones pueden estar girando entre nosotros.

Es momento de detenernos, de un recreo entre tantas diferencias, de revisar posiciones y ajustarlas a favor de nuestro hijo.

Si la pareja no anduvo, si llegó la decisión de continuar la vida por caminos distintos es obvio que las diferencias están, y esto será así de ahora en más para la pareja.

Ahora bien, en sus funciones de madre y padre, deberán encontrar dentro de esas diferencias, puntos en común que acerquen a la posibilidad de una convivencia en armonía brindada a sus hijos.

El cumpleaños del pequeño suele ser uno de esos días en el que ponerse de acuerdo y convivir, no resulta sencillo.

Por un lado es fundamental tener presente que el protagonista ese día, es nuestro hijo, y lo es en una fecha muy especial: su cumpleaños. Seguramente tendrá ilusiones y fantasías acerca de ese día: pasarla bien, recibir regalos, soplar las velitas y cortar la torta de la mano de sus padres.

Como adultos debemos decidir dejar las diferencias de lado por un día y ocuparnos de que ésta sea un día agradable y amoroso para él.

Para ello podemos tener en cuenta algunas sugerencias:

- Elegir para el festejo un lugar neutral

- Repartir tareas en la organización, delegar y respetar la elección del otro

- No perder de vista que hoy lo importante es que nuestro hijo la pase bien

- Aceptar con tranquilidad que nuestro pequeño querrá cortar la torta y sacarse la foto acompañado por ambos

- Transitar el evento con claridad hacia los niños y tranquilidad entre los adultos