Divorcio: ¿cómo explicárselo a los hijos?

La separación implica un proceso de adaptación que se irá articulando con cada miembro de la familia.
La separación implica un proceso de adaptación que se irá articulando con cada miembro de la familia.

Respecto al tema de la separación y el divorcio –uno de los más difíciles de enfrentar–, es muy importante hablar con los niños con honestidad y humildad. Se necesita mantener una conversación con los hijos considerando el derecho que tienen a saber una verdad medida y reflexionada, transmitida por ambos integrantes de la pareja.

En esta conversación se debe afrontar la realidad y resaltar la responsabilidad de los adultos en la decisión tomada, despejando de lado cualquier posibilidad de que los niños se sientan culpables de esta situación.

Asimismo, se debe ser cuidadoso con los términos que se emplean para explicar la finitud del amor. Es frecuente que cuando una pareja de padres decide separarse, expresen a sus hijos que “ya no se aman”. Al hablar con niños pequeños, es recomendable no emplear esta expresión, puesto que puede generar la duda angustiante de que tal vez el amor de los padres hacia los hijos también se termine.

Se trata de explicar las variaciones del amor, dejar traslucir la complejidad de las relaciones adultas de pareja, diferentes de las parentales y de las mantenidas entre niños o entre jóvenes.

Una vez manifestada la decisión de la separación, resaltando que así como en algún momento creyeron que lo mejor era vivir juntos, ahora consideran que lo mejor es vivir separados, resta dar garantías de cómo continuará la vida de los pequeños.

La separación implica un proceso de adaptación que se irá articulando y, como todo proceso, tendrá desacuerdos y desencuentros que se irán revisando y ajustando, teniendo en cuenta la opinión y los sentimientos de cada uno de los integrantes de la familia.

Está claro que una pareja pasa por distintas etapas: buenas y malas. Pero en ese recorrido, hay una definición que no cambia: “pareja de padres”. A partir de allí, hay algunas cuestiones que, a pesar de lo que suceda en el interior de la pareja, deben cuidarse. Los hijos son espectadores privilegiados de escenas varias: peleas, gritos e insultos que en ocasiones se producen en el medio del desborde de malhumor.

Esto no significa que la pareja no debe pasar por tiempos de dificultades, sino que se trata de garantizar el cuidado de que los niños no padezcan lo evitable.

Por supuesto, es esperable que los desencuentros y las discusiones queden en el ámbito exclusivo de los adultos y que no tengan lugar en presencia de los niños, a modo de favorecer el clima de tranquilidad y seguridad que toda familia necesita para crecer y vivir el día a día con la mayor felicidad posible.

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@licmrussomando

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