Los niños y el sentimiento de culpa

Texto: Mariana Israel

¿Qué madre no intentó alguna vez el recurso de provocarle sentimiento de culpa a su hijo cuando se portó mal? Por común que esta práctica sea, no está exenta de riesgos a largo plazo, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia, que será publicado este año en el Journal of Family Psychology.

Los niños y el sentimiento de culpa / Foto: Thinkstock
Los niños y el sentimiento de culpa / Foto: Thinkstock

Al parecer, los niños que se sintieron culpables por algo que hicieron, exhibieron niveles atípicamente elevados de angustia y enojo. El equipo de investigadores estudió a 150 escolares, sus padres y sus maestros. Hallaron que los niños de 5 a 6 años se dan cuenta cuando sus padres intentan manipularlos mediante la culpa, y este sería el disparador de su ira.

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Un mal hábito

¿Cuándo recurren al sentimiento de culpa los padres? Según los investigadores finlandeses, suele darse cuando intentan modificar el comportamiento de su hijo por medios psicológicos, en lugar de directamente ponerle límites. Y descubrieron que la práctica se volvía más común cuando los adultos estaban cansados o tristes.

"Por ejemplo, el padre le recuerda al niño el enorme esfuerzo que hace por él o enfatiza la gran decepción que siente por su comportamiento”, explicaron los científicos. Por otra parte, otros estudios reconocen que la culpa es necesaria en el proceso educativo, porque enseña a los niños a respetar las reglas y a no lastimar a otros. En definitiva, contribuye a que desarrollen la conciencia social.

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¿Cuál es el problema entonces? Que a los niños les cuesta trazar el límite entre “hiciste algo malo” y “eres un niño malo”. Por otra parte, la Dra. Melanie Greenberg explica en el sitio Psychology Today, que los niños pequeños son incapaces de sentir empatía. Naturalmente, no tienen consideración por tus necesidades, y les es prácticamente imposible ponerse en tus zapatos y ver el problema desde tu punto de vista.

Greenberg ilustra este punto con un ejemplo. “Te pedí mil veces que ordenaras tus juguetes. ¿No te importa nada? ¿No ves que estuve trabajando todo el día, haciéndome cargo de las necesidades de todo el mundo? ¿Qué te sucede que eres tan egoísta?”. Para la especialista, esta mamá está creando mucha energía negativa. Llamar a su hijo “egoísta” es muy dañino. Los niños internalizan estas etiquetas y puede que perciban que no son lo suficientemente buenos. El mejor camino sería tildar de inaceptable un comportamiento, pero sin atacar directamente al niño.

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No hay manera de definir cuánta culpa es saludable para educar a tu hijo, pero tal vez enfocarte en cómo arreglar el problema, en lugar de abocarte a que se sienta mal por haberlo hecho, sea un buen punto de partida, con mejores resultados a largo plazo.

Tú, ¿qué opinas? ¿Crees que el sentimiento de culpa es un recurso aceptable o no?

Fuentes consultadas: Yahoo! Shine (shine.Yahoo.com), Psychology Today (psychologytoday.com)

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