Mi amiga, mi socia

Asociarse con una amiga no es cosa sencilla. / Foto: Thinkstock
Asociarse con una amiga no es cosa sencilla. / Foto: Thinkstock



Han compartido secretos, vacaciones y hasta uno que otro vestido, pero nunca trabajaron juntas. Resulta que un día, el azar las encuentra a una con una licencia extendida por maternidad y no sabiendo si volver o no a su trabajo full life; y a la otra, con ganas de dejar de sufrir a ese jefe que no la valora lo suficiente. “¿Hacemos algo juntas?", sugiere alguna de las dos. Y la otra le responde: "¡Dale! ¿Qué puede fallar? Si nos conocemos de toda la vida…”.

Asociarse con una amiga para emprender algún negocio, más allá de las fantasías, no es nada sencillo. Hay un código de comunicación compartido, es cierto. También mucha confianza y conocimiento de vida. Pero esto no lo es todo. Cuando hay un proyecto laboral de por medio, otras cosas se ponen en juego: celos, ambiciones, divismos. Por eso, es importante, que antes de estamparle la firma a cualquier contrato societario, las partes se sienten a conversar sin restricciones.


Aquí van algunos consejos que las ayudarán a prevenir futuros malentendidos, porque aunque sean amigas, cuando hay negocios de por medio, la incondicionalidad no debe existir:

- Trabajar juntas desde el inicio: trazar el plan de negocios; acordar los roles que tendrá cada una en la empresa para funcionar como un equipo sin superponerse; blanquear los miedos y los deseos que existen en torno al proyecto. En esta etapa es vital “escucharse”.

- Contactar a un abogado que ayude a estructurar la sociedad. No dejar nada sobreentendido, asentar hasta el más mínimo detalle por escrito.

- Acordar cuál será la participación de cada una en la inversión inicial y cómo se establecerán sus remuneraciones. Puede darse que una sea socia, y tenga una participación accionaria, y que la otra, en cambio, sea ejecutiva a sueldo.

- Dejar en claro qué horario hará cada una; cómo organizarán las vacaciones y cómo se manejarán, por ejemplo, en caso de enfermedad propia o de algún miembro de la familia.

Como en todas las relaciones humanas, cuando dos amigas se asocian para trabajar, lo que no deben olvidar es que, siempre que haya buena onda y diálogo, del error se aprende. Y que lo importante es el respeto por el otro, aun en sus diferencias. También la honestidad y las ganas de crecer juntas.


¿Te asociarías con una amiga para trabajar? ¿Qué te parece importante dejar en claro antes de empezar?

@BalaguerAdriana


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