El cielo en la tierra: increíble trabajo de una artista iraní

Imagina, por un momento, que puedes caminar al aire libre sobre una escalera completamente espejada. ¿Te resulta extraño? Pues, al parecer, no lo es para la artista iraní Shirin Abedinirad, que creó un verdadero “cielo en la tierra”.

Y es que Abedinirad tiene predilección por los espejos, y la supuesta relación entre la mente humana y la naturaleza que representan, según un artículo publicado por Creative Spotting. Por eso, sus instalaciones espejadas se realizan tanto en el medio del desierto, como en espacios urbanos.

Una escalera al cielo

Entre sus sorprendentes creaciones, se encuentra “Heaven on earth” (“El cielo en la tierra”, en español), una escalera inspirada en el Palacio Tachara de la antigua Persépolis, capital del imperio Persa. En ese entonces, unas piedras negras, brillantes y pulidas se colocaron para ampliar el tamaño y la belleza del palacio, indica el sitio web oficial de Shirin Abedinirad.

Dos mil años después, la artista iraní volvió al concepto de aumentar el espacio y la luz con su espectacular proyecto, que mostró en el año 2014 en Italia. “El uso de espejos es parte integral de la creación de un paraíso. Los espejos dan luz, un concepto místico importante en la cultura persa”, describe el sitio antes mencionado.

Lo más llamativo de esta escalera es el encuentro del espectador con su propio reflejo: cuando se sitúa en la parte superior y mira hacia abajo, se encuentra con una ilusión óptica que aumenta su luz y la percepción del espacio. Entonces, como por arte de magia, el cielo se vuelve una especie de piscina visual.

Viajes y creación

Shirin Abedinirad tiene 29 años y desde los 16 que se dedica a desarrollar su lado artístico, mediante la pintura. Estudió diseño gráfico y de moda, y se desempeñó también como modelo, según información en su cuenta de Facebook oficial. Actualmente, con base en Teherán (Irán), la joven artista se dedica a viajar por el mundo con un bolso y su material para crear, por ejemplo, escenarios increíbles en el medio de la nada.

Y en los despliegues que realiza en el desierto de Irán, Abedinirad juega con la idea de que sus espejos son un símbolo de agua.

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