Sumilleres a la carta

Por Inmaculada Tapia

Degustar un buen vino, apreciar un buen cava o descorchar una botella de champán desvela un ritual para el que hay que estar preparado si no quiere desvirtuar el aroma de un buen caldo y la magia del momento.

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Es temporada de vendimia en los lugares más emblemáticos del planeta vinculados a la vid. La atención por el vino y por todo lo que le rodea, cómo permitir que el paladar disfrute de sus mejores esencias, hace que detengamos la mirada ante todo aquello que nos pueda favorecer para potenciarlo.

Una de las reglas de oro que no deben perder de vista los apasionados al mundo del vino, si desean poner en práctica sus conocimientos en el hogar, es conocer los utensilios de los que debe disponer para agasajarse y agasajar a sus invitados.

La reconocida sumiller uruguaya, proclamada "Nariz de Oro 2010" en la edición XIX de este prestigioso concurso de sumilleres, nos ofrece algunas recomendaciones a tener en cuenta.

Entre los elementos más comunes que no deben faltar en casa para disfrutar de un buen vino aconseja "como profesional y amante del vino recomendaría tener un abridor y una buena copa, no buena por cara, sino la que se adapte mejor al vino que queramos disfrutar, sin olvidarnos de la compañía", comenta Alonso.

La copa borgoña y la burdeos, sin duda, le ayudarán a desplegar sus dotes de sumiller, pues cuentan con un cristal de excelente calidad, tallado por manos artesanas.

La copa Burdeos exalta los aromas, realza el sabor de la fruta y disimula los sabores más ácidos. La Borgoña tiene la boca amplia y permite girar el vino con soltura dejando que los aromas se liberen fácilmente y que el vino respire. Es ideal para vinos jóvenes y maduros de la zona que lleva su nombre.

"Para tintos alguna tipo Tempranillo o Syrah, o bien una tipo Borgoña para blancos, estas copas están perfectamente fabricadas, para aprovechar al máximo todas las sensaciones que nos pueda dejar un vino, desde la fase visual, olfativa, gustativa y postgusto".

Uno de los pasos fundamentales consiste en airear el vino. En el caso de los vinos jóvenes, los entendidos explican que el contacto con el oxígeno produce una pequeña oxidación que reduce los taninos (sustancias orgánicas que se encuentran en la piel y pepitas de la uva). Si nos hallamos ante un gran tinto, rotundo y en su apogeo, con muchos años en la bodega, le ayudará a despertar de su letargo.

Algunos oxigenadotes, como el Decantus, tienen una doble función, pues también se utilizan para decantar el vino y eliminar así los posos o sedimentos que pueda tener.

Toda una lección.

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