Los zapatos como recién estrenados

Cuando se habla de la buena presencia de una persona es porque se la ha observado de la cabeza a los pies. Por eso es tan importante estar atentos a todos los detalles, como contar con un calzado impecable, incluso aunque sea deportivo. De más está decir que no podemos comprar un par cada vez que nos vestimos; así que en esta nota te regalamos algunas claves para que queden como nuevos siempre que los uses. Así, nadie se dará cuenta de que en realidad no has gastado ni un solo billete.

Foto: Thinkstockphotos
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Un método para cada estilo

. Gamuza o nobuk: son los más delicados. Primero debemos pasar un cepillo de cerdas suaves para quitar la tierra y el polvo (siempre en la misma dirección) y, luego, con una goma de borrar repasamos sobre las manchas más resistentes. Si alguna aureola no sale con este método, debemos utilizar una esponjita apenas húmeda con un detergente neutro (muy poca cantidad) y enjuagar. Es importante dejarlos secar pero lejos del calor, ya que podría deformar los zapatos. Para mayor seguridad, conviene sostenerlos por dentro con una horma o con papel de periódico hecho bollitos. Lo ideal es colocarlos en un lugar con corriente de aire o cerca de un ventilador. En el caso de que tengan un raspón, se pueden alisar cuidadosamente con una navaja filosa. Por último, para que duren más, conviene aplicar un spray protector que se consigue en los supermercados o en las zapaterías.

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.Cuero o piel natural: con un cepillo de cerdas blandas retiramos el polvo. Pasamos la pomada para cuero del color indicado, o incolora para que no altere el tono. Dejamos unos minutos para que lo hidrate y, luego, con una franela de algodón se pule hasta sacar brillo. Este procedimiento se puede realizar una vez por semana, pero conviene cepillar el calzado todos los días para que dure más.

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.Cuero sintético: depende de la suciedad que presente hay varios productos que podemos aplicarles. Por ejemplo, agua con un jabón neutro, ayudándonos con un trapo húmedo, una esponjita o un cepillo. Si son de un tono claro, en una mancha resistente podemos aplicar cloro diluido en agua; y si están demasiado sucios, un limpiador cremoso puede ayudar a blanquearlos. Eso si, luego hay que enjuagar y dejarlos secar a la sombra.

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.Goma (también para las botas de lluvia): el primer método es sencillo. Con un trapo húmedo hay que eliminar los restos de barro o suciedad que tengan adheridos la superficie. Si es necesario, podemos usar un poco de detergente suave. Luego, se las seca con un trapo de algodón para que recuperen el brillo y se dejan airear fuera del sol.

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.Tela: no debemos lavar este tipo de zapatos en el lavarropas porque pueden despegarse. Además de cepillarlos para quitar la tierra podemos pasar un cepillo de cerdas suaves con una mezcla de agua, jabón y un poco de amoníaco. Luego, se pasa nuevamente con agua para quitar el jabón y se deja secar lejos del sol.

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.Charol: se pueden limpiar con una franela y un lustramuebles. Luego, se retira el excedente con un trapo limpio hasta que vuelva el brillo. Lo mismo se puede hacer reemplazando el lustramuebles por vinagre blanco.

Siguiendo estos procedimientos paso a paso, la vida útil de tu calzado se alargará por mucho más tiempo y siempre se verá como nuevo.

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