Los secretos de un buffet exitoso

Un buffet es siempre una forma práctica de recibir a tus invitados con estilo y disfrutar más de la reunión. Es una buena forma de evitar viajes a la cocina y de relajarte sin estar pendiente de volver a servir los platos o las copas. La clave es la creatividad, la organización y tener todo listo antes de que lleguen los invitados. Si estás pensando en disfrutar de tu cena de Año Nuevo, un buffet puede ser una excelente idea.

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El primer paso es, como siempre, la planificación. Siéntate frente a una hoja en blanco y comienza a tomar notas: ¿cuántos asistirán? ¿Qué prepararás de comer? ¿Cuál es tu presupuesto? ¿Qué bebidas ofrecerás? ¿Cómo distribuirás los ambientes?

Cuando se trata de un buffet es muy común preparar grandes cantidades de comidas por temor a que falte. Saca bien tus cuentas y prefiere menos platos y que sean más contundentes, a una gran variedad que convertirá tu buffet en una cena romana que te dejará exhausta y en bancarrota. Y posiblemente, con la nevera llena de sobras cuando termine la reunión.

1. Qué necesitas. Si decides que cenarán sentados, asegúrate de conseguir las sillas necesarias. Una opción es hacer algo mixto: algunos de pie, otros en banquetas, otros en sillones individuales y otros en las sillas. Para servir el buffet, lo mejor es disponer de 4 mesas: una para las bebidas, copas y vasos, otra más grande para la comida, otra para los postres y una para la vajilla utilizada.

2. Definir los espacios. En función de la cantidad de invitados que vayan a asistir, deberás determinar en dónde cenarán, cómo se desarrollará la cena y cómo distribuirás los ambientes. Ten en mente que la gente debe circular con comodidad. Lo habitual es poner la mesa de la comida contra la pared: prueba ponerla en el centro, para que todos accedan con mayor facilidad.

3. Organiza la mesa. El secreto está en diseñar un recorrido. Obliga a tus invitados, sin que se den cuenta, a hacer lo que tú les indiques: en primer lugar ubica los cubiertos, luego la entrada y los platos principales. A continuación, pero dejando un espacio, coloca la mesa de las bebidas junto con las servilletas. Ubica la mesa de los postres en un lugar distinto para que la gente no se concentre en un mismo espacio.

4. La comida. La variedad es la clave; pero como dijimos más arriba, siempre dentro de los límites de lo que puedes preparar. Ofrece ensaladas, tartas, carne, de modo que todos encuentren algo de su agrado. Lo ideal es que los invitados se sirvan porciones pequeñas de varias cosas distintas. Es importante que puedan usar los mismos cubiertos para los diferentes platos y que los menús no incluyan huesos, espinas o semillas, que no sabrán dónde deshechar.

5. Decoración de la mesa. La comida entra primero por los ojos. Por lo tanto, además de exquisita debe estar bien presentada. Una opción es tomar 3 ó 4 cajas de diferentes tamaños, forrarlas como si fueran regalos y distribuirlas en la mesa. Sobre una de ellas puedes poner una planta o un pequeño arbolito y, en las otras, fuentes con comida. Pon entre el resto de los platos guirnaldas, flores sueltas, pétalos, etc. Asegúrate que esté bien iluminada.

6. ¿Y los platos sucios? Como no es recomendable que todos los invitados lleven sus platos sucios a la cocina, ni tampoco que los dejen en cualquier sitio, la solución es colocar en un rincón una mesa donde puedan dejar los platos, las copas, los cubiertos, las servilletas… Debe ser espaciosa para que no se genere un caos sobre ella, pero no tanto como para que se destaque en el ambiente. Si los invitados son muchos, piensa en usar vajilla descartable, hoy en día encuentras unos modelos bellísimos y casi idénticos a la vajilla convencional, que puedes integrar a la decoración navideña.

7. Decoración del lugar. A la hora de decorar, busca una coherencia en todos los adornos, desde la puerta de entrada, los centros de mesa, la vajilla… Sobre las mesas puedes colocar centros de flores naturales vistosas y alegres o un ramo de flores disecadas junto a un candelabro. Otra idea es poner cuencos con frutos secos, ramas de pino, piñas, ramas de canela, canicas de colores o pétalos. Puedes hacer que suene música de fondo para generar una atmósfera especial. Un secreto: define un lugar, que no esté donde cenarán, en el que los invitados puedan dejar sus abrigos sin desordenar tu decoración.

8. Disfruta de la noche. Si planificas la cena con tiempo, será un éxito y no tendrás inconvenientes. Si sucediera algo que no estaba previsto, no tengas miedo en pedir ayuda. Lo importante es que disfrutes tanto como ellos, que estés relajada y viviendo a pleno cada momento.

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