Las 10 premisas para que el horno microondas no sea peligroso

Hay unos cuantos mitos que corren acerca de este electrodoméstico tan cómodo y práctico para la vida cotidiana. Uno de ellos es que altera los nutrientes de los alimentos de manera perjudicial o que las ondas que emite son nocivas para la salud. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que su uso no trae ningún problema a nuestro cuerpo. Incluso, sería extraño que empresas de renombre se arriesgaran a vender productos que no estén permitidos por los institutos de verificación de las normas técnicas.

Asimismo, otros especialistas aseguran que, por el corto tiempo de cocción que precisa la comida, el microondas ayuda a conservar los nutrientes, las vitaminas y las sales minerales, más que en cualquier otro artefacto.

De todas maneras, es fundamental conocer tanto los sí como los no para su correcto funcionamiento sin que lleguemos a correr riesgos de quemaduras, intoxicaciones o que se nos rompa el horno.

Qué tener en cuenta

1. No a los utensilios de metal y el papel aluminio: aunque no sucede siempre, algunos metales pueden formar chispas con las piezas del microondas y romperlo.

2. Con diferentes tipos de carne (aves, cerdo, vaca, pescado): si colocamos cortes muy grandes puede que la cocción no sea pareja y, así, no mueran algunas bacterias que pueden ser dañinas para la salud, sobre todo de los niños. Por eso, lo mejor es ir girando la pieza o cortarla en trozos más pequeños y asegurarse de que esté bien cocida.

3. Papas y uvas: las primeras son de muy fácil y rápida cocción; pero si se van a hacer enteras y con la cáscara es imprescindible pincharlas con el tenedor. Una de tamaño mediano tarda alrededor de 4 minutos en hacerse. Respecto de las uvas, son inflamables por eso no conviene arriesgarse.

4. Huevo: no es imposible cocinarlo en el microondas, pero sí precisa de mucha atención porque si se lo coloca crudo y con la cáscara puede estallar. Hay que saber que sus tiempos de cocción son muy cortos y que una vez que se a apagado el horno se sigue cocinando por dentro con el calor acumulado. Lo mejor es abrirlo, pinchar la yema y directamente prepararlo al plato o revuelto.

5. Cuidado con el papel film y las bolsas plásticas: algunos alimentos se cocinan mejor cuando están tapados. La mejor opción es hacerlo con un plato que deje pequeños orificios de escape del vapor. Otra opción es comprar las bolsas aptas para este artefacto. Por último, también puede ser papel film pero no debe tocar la comida y deben hacerse unos pequeños agujeros antes de cocinar.

6. Alcohol: esta sustancia es inflamable, así que al emitir las ondas puede encenderse.

7. Ají picante: se dice que si se los calienta por este medio pueden liberar una sustancia llamada capsaicina, que irrita los ojos, la nariz y la garganta.

8. Agua y otros líquidos: hervir líquidos, especialmente el agua, resulta muy peligroso ya que puede engañarnos. Esto se debe a que suele calentarse sin llegar a la ebullición, entonces, al introducir una cuchara u otro objeto de diferente temperatura salta con fuerza. También hay que tener cuidado con los biberones de los bebes porque a veces están más calientes de lo que aparentan. Por eso, lo mejor al calentar un líquido es no hacerlo a la potencia máxima o, de lo contrario, una vez que se apaga el horno dejar reposar unos minutos.

9. Salchichas y demás embutidos: con un palillo de madera o una aguja, hay que hacerle unos pinches para que no exploten.

10. Bandejas de poliestireno expandido u otros recipientes plásticos: al quemarse producen dioxinas. Son unas sustancias tóxicas que contaminan el aire y dañan la capa de ozono.

Si bien la tecnología de los hornos microondas va evolucionando, si no se usa de la manera adecuada puede ser peligroso. Para evitar cualquier inconveniente es importante leer atentamente el manual de instrucciones antes de utilizarlo.

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