Cuando no queda otra, hay que limpiar el horno

Una de las tareas a las que realmente nunca les presté atención desde que no cuento con ayuda en casa es la limpieza del horno. Traté de olvidar que debía hacerlo en algún momento, hasta que el otro día caí en la cuenta de que ya ni se vislumbra de qué color es su interior. No pude postergarlo más, por eso comencé a investigar y pedir consejos para intentar mejorarlo. Descubrí que hay muchos trucos diferentes, nada complicados. Sólo es cuestión de probar hasta que encuentre el más conveniente.

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Las sugerencias

Según dicen los que saben, la fórmula para mantenerlo limpio es repasar el horno inmediatamente después de que se ha usado, en cada una de las ocasiones. De esta manera, es más difícil que se peguen las costras de grasa de la comida. Es decir, en el momento salen rápidamente. Basta una esponja y un detergente para lavar la vajilla.

Pero si, como en mi caso, ya es demasiado tarde, todavía hay procedimientos por intentar.

Si cuenta con un producto especial para limpiar hornos, lo ideal es que se cubra el rostro con una mascarilla o barbijo y se coloque guantes, ya que tiene un componente tóxico que puede llegar a producir irritación. Asimismo, es importante que el procedimiento se realice con el horno frío porque el calor puede agudizar el efecto.

-Se rocían las paredes y el fondo del artefacto.

-Se deja alrededor de una hora.

-Luego, con un paño embebido en vinagre, se retira el excedente.

-La parte vidriada de la puerta se puede limpiar con detergente común, siempre en frío, para que no se arruine.

-Para dejar las hornallas como nuevas, primero hay que retirar los quemadores y rociarlos con un limpiador cremoso, igual que los bordes del orificio restante.

-Si se desea limpiar los accesorios como las parrillas, hay colocarlos sobre una toalla en la bañera y cubrirlos con el chorro de agua bien caliente. Se espolvorea jabón en polvo para lava vajilla y se deja reposar un rato. Luego, se lava con una esponja.

-Por último, secar y volver a colocar todo en su lugar.

Otros trucos:

Si los procedimientos anteriores no dieron el resultado esperado o si no cuenta con un limpiador de hornos, acá van algunos consejos más.

1-Rociar bicarbonato de sodio ni bien se apaga el horno, es decir, en caliente. Dejar reposar una hora y con una toalla de papel retirar la suciedad.

2-En el instante en que se ha derramado algo, espolvorear sal y dejar que se enfríe. Luego, retirar el excedente y terminar con una esponja húmeda.

3-Colocar en el horno un paño embebido en amoníaco. Dejar durante una noche y, al otro día, espolvorear bicarbonato sobre los lamparones de grasa. Una vez que absorbe, retirar con una toalla de papel y repasar con una esponjita y detergente. Por último, enjuagar.

4-Malos olores: un procedimiento para quitarlos es mezclar vinagre con sal y pasarlo con un trapo por el horno tibio. Cuando se seca, retirar con otro paño húmedo. La segunda opción es colocar unos trocitos de piel de algún cítrico y calentar en horno moderado.

Listo, cocina como nueva y recuerde que a partir de ahora lo mejor será mantenerlo limpio cada vez que se use. Quizá resulte un poco tedioso pero se ahorrará muchas horas de trabajo.

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